Retail con futuro
Desde que el hombre es hombre siempre ha sentido la curiosidad por el día de mañana, imaginar cómo sería la vida en el futuro. Se han escrito montañas de libros tratando de dibujar como sería vivir en el futuro, unos como Asimov con la robótica como protagonista y otros como Orwell donde la tecnología controlaba a los ciudadanos a través de “telepantallas” (no iba muy descaminado…), mucho más recientemente se han unido las grandes compañías de consultoría dando su visión de cómo será la humanidad del futuro, desde el punto de vista social, económico, incluso, en el día a día, ya han determinado, por ejemplo, como serán el consumidor del futuro y las tiendas en las que comprará, y hasta aquí quería llegar…
No hay nada más poderoso que las personas.
Yo no sabría contestar como serán las tiendas del futuro, o más bien no quiero contestar, tampoco tendrían gran repercusión mis palabras y nadie me pediría cuentas de lo que pudiera decir que ocurrirá en 10 o 20 años, en lugar de imaginar la tienda del futuro yo prefiero trabajar para la tienda con futuro. ¿Qué es para mí la tienda con futuro?, aquella en la que al cruzarte con las personas que trabajan en ella te dedican una sonrisa, o que ante cualquier petición por tu parte se esfuerzan con agrado en resolvértela, me encantan las tiendas en las que siempre encuentro lo que busco, con productos de calidad y variedad de elección, me gustan las tiendas en las cuales pasan cosas y pasan personas, y no hay nada más poderoso que las personas.
Vaya por delante que yo soy de los que piensan que las personas mueven el mundo, creo firmemente que son las personas las que hacen diferentes a las compañías en las cuales trabajan, dotándolas de personalidad propia.
Creo, por tanto, que las personas que trabajan en tienda son claves para ofrecer un servicio excelente a los clientes, el trato personal es el arma más potente que debe usar el Retail para diferenciarse y fidelizar a sus clientes, y eso implica una transformación de los roles actuales que desempeñan estas personas, dotándolas de herramientas físicas y digitales que les liberen de tiempo de tareas rutinarias para poder dedicar más tiempo a atender al cliente, haciendo evolucionar la tienda hacía un punto de encuentro de sensaciones, emociones y socialización, donde podremos ver por los lineales de la tienda a sumilleres, baristas, nutricionistas o estilistas que darán un servicio de asesoramiento al cliente, ya hay retailers que han apostado por esta vía y les va muy bien.
El trato personal es el arma más potente que debe usar el Retail para diferenciarse y fidelizar a sus clientes.
Yo no conozco a nadie que no le guste que le traten bien, todos necesitamos nuestra dosis de afecto y reconocimiento, nos gusta estar en una sala ordenada y bien decorada, que huela bien, que se preocupen por si necesitas algo, demos el siguiente paso: convirtamos a nuestros clientes en huéspedes, esa es la tienda con futuro.